Con los bastones en alto, e interpretando con coraje el himno del pueblo Nasa y la guardia indígena, las comunidades de Corinto y las delegaciones acompañantes, sembraron el cuerpo del liberador Ramón Ascue, en las entrañas de la Madre Tierra.

Fue un momento de mucho dolor, rabia, tristeza y a su vez, de inmensa fortaleza. Los acompañantes de la siembra, recordaban con nostalgia los diversos momentos compartidos con Ramón, en las mingas de corte de caña, en los recorridos territoriales, en las acciones de control territorial, en las asambleas y los trabajos comunitarios.

“Ramón nos transmitió el coraje, la perseverancia y el compromiso de cumplir el mandato comunitario de dar libertad a Wma Kiwe”.

Menciono un liberador.

Ramón fue asesinado en pleno centro del casco urbano de Corinto, ante la indiferencia y el miedo que paraliza. En el municipio de Corinto cada fin de semana hay asesinatos, muchos de los cuales pasan desapercibidos ante las autoridades judiciales y simplemente son cifras que suman. Los procesos de investigación no avanzan, lo cual no permite que se haga justicia. En este contexto se da el asesinato de Ramón, a lo que se le suma la constante ocupación de los territorios por diversos grupos armados, situación que está generando constantes amenazas, señalamientos, persecuciones y asesinatos a los habitantes de estos territorios.

El proceso de liberación de la Madre Tierra como iniciativa autónoma comunitaria ha denunciado en reiteradas ocasiones la persecución y amenazas constantes por parte de la seguridad privada de los ingenios azucareros, grupos paramilitares y el asedio permanente de la fuerza pública. Estas acciones de persecución y asesinatos ya han cobrado la vida de cinco integrantes del proceso de liberación de la Madre Tierra en el norte del Cauca.

Por los alrededores de los puntos de liberación en Corinto, se advierte de manera permanente la presencia de personas extrañas, que se movilizan en motocicletas a altas horas de la noche. Ramón denuncio de manera permanente y decidida las constantes agresiones de la seguridad privada de los ingenios y la fuerza pública, situación que le ocasiono ser víctima de reiteradas amenazas. Ramón deja huérfanos a tres menores de edad, dos niñas, un niño y viuda a la señora Verónica Tálaga.

Este hecho, nuevamente pone en evidencia la crítica situación de las comunidades, quienes a pesar de la firma de un acuerdo de paz, entre los armados, continúan enfrentando grandes afectaciones que desarmonizan el territorio y la vida comunitaria. El asesinato de Ramón es un llamado urgente para seguir fortaleciendo, en unidad las acciones de cuidado y control territorial, para garantizar la permanencia armónica de los pueblos en sus territorios.

“La sangre derramada no será en vano. Nos da mucha tristeza la partida del compañera Ramón, pero su entusiasmo nos dará la fortaleza para seguir. Pensemos como verdaderos Nasas, como gente de la tierra y luchemos todos los días sin parar”.

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Por: Tejido de comunicación We’jxia Kaasenxi Cabildo de Corinto.

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