Inti_Raimi_PeruEscribe: Milciades Ruiz

Al caer el Tahuantinsuyo bajo la dominación española la población nativa fue obligada a seguir la religión de los conquistadores y asumir costumbres a la usanza europea. Desde entonces, se impuso la celebración del “Año Nuevo” europeo omitiendo lo nuestro. Aunque la imposición fue inicialmente obligada con el tiempo nos hemos adaptado al calendario europeo y seguimos sus festividades. Contrastantemente aunque allá el solsticio de invierno ocurre el 21 de diciembre con mucha nieve, acá celebramos el año nuevo europeo en verano con todas las distorsiones culturales que conlleva.

En el área andina en cambio, el solsticio de invierno ocurre el 21 de Junio que pone fin al otoño empezando el invierno, pero al mismo tiempo marca el fin del año agrícola tras las cosechas y el inicio de uno nuevo. Con tal motivo, nuestros antepasados ancestrales celebraban ritos y festividades como el Inti Raymi (fiesta del sol) en gratitud al padre sol pues a partir de este día se va alejando pidiéndole por ello que vuelva para brindar sus beneficios.

Para las civilizaciones andinas, el año trascurría a la par con la agricultura siguiendo un calendario astronómico y lograron ubicar el solsticio de invierno en dicha fecha en la que los rayos solares caen perpendicularmente sobre el trópico de capricornio en el hemisferio sur de nuestro planeta. En el solsticio de invierno la noche es la más larga del año y el día, el más corto del mismo. Es el año nuevo ancestral.

En la cosmovisión andina, el sol era la fuente de vida general y no solo para la agricultura. En efecto, sin el sol no habría alimentos ya que las plantas transforman la energía solar en energía química para procesar productos como las frutas, granos, tubérculos, pastos que son los combustibles que hacen desarrollar y reproducir todo ser vivo. Imagínense por un momento lo que ocurriría en el planeta al no ser alumbrado por el sol y entenderán el por qué lo veneraban.

Al sol le debían el año agrícola, la temperatura, las lluvias, los vientos, la curación de enfermedades, el agua que baja de los deshielos, la luz, el fuego, etc. Por eso el sol estaba en la vestimenta, utensilios, construcciones y gráficos como constatamos en toda la iconografía prehispánica. Esto indica la importancia económica, social y cultural que tenía la celebración del año nuevo andino y que hasta la actualidad se mantiene como fiesta del sol. La prensa sin embargo, suele destacar el año nuevo chino antes que el año nuevo andino. El Ministerio de Agricultura y Riego está más preocupado en promocionar actividades celebratorias por el Día del Chicharrón que por el Día del Campesino.(Resolución Ministerial oficializó el  tercer sábado de junio de cada año como Día del Chicharrón de Cerdo Peruano).

Muchos ignoran que en 1930 el gobierno de Augusto B. Leguía emitió un decreto supremo con el siguiente texto: “Considerando que en esta fecha las comunidades indígenas acostumbran desde tiempo inmemorial festejar la fecundidad de sus rebaños y bendecir las semillas de sus sementeras, es patriótico dignificar la personalidad del indio, Decreta: Declárase “Día del Indio” el 24 de Junio de cada año, fecha en que se celebra los concursos de música y bailes nacionales de Amancaes. Este día será feriado a partir de las 12 horas. Que se le rinda homenaje en los centros educativos, y otros lugares resaltando sus virtudes”.

Aunque el gobierno de Velasco inició la reivindicación la población ancestral con la reforma agraria cambiando la denominación por el “Día del Campesino” gobiernos posteriores desdeñaron esta celebración eliminándola del calendario de efemérides oficial y en los centros educativos ni textos escolares se dice nada al respecto. Solo el pueblo andino mantiene el sentimiento ancestral en esta fecha con celebraciones de toda magnitud, siendo ya una tradición el Inti Raymi en el Cusco y un orgullo nacional.

La diferencia social entre el año nuevo del hemisferio norte y el año nuevo andino es que el primero es un día de derroche y el segundo, un día de reproche. No es para menos teniendo en cuenta que la república está por cumplir ya doscientos años y no ha sido capaz de dar el sitial que le corresponde a los descendientes ancestrales de los dueños primigenios del territorio peruano, a los peruanos más auténticos.

Estamos orgullosos de nuestro pasado histórico, de la maravilla mundial Machu Picchu y de otras herencias culturales prehispánicas, pero mantenemos en la degradación más humillante a los compatriotas cuyos ancestros fueron los artífices de esas maravillas y de nuestra grandeza histórica. Los políticos solo se acuerdan de ellos en las campañas electorales, pero tampoco el campesinado figura en las plataformas y programas de los partidos políticos.

Sin embargo, el campesinado actualmente es baluarte de las luchas populares contra el gobierno coludido con las transnacionales, teniendo varios muertos y heridos por la represión. En esta heroica lucha, los partidos políticos están ausentes pero cuando se trata de frentes electoreros allí si abundan. ¿Por qué la reivindicación ancestral no puede ser fuente de unificación? Porque para muchos, esta problemática no está en el primer plano de sus conciencias y algunos, ni lo piensan.

El 24 de Junio, “Día del Campesino” es una oportunidad para acercarse a las organizaciones campesinas y asumir compromisos. Ahora que la población ancestral sigue postergada y el campesinado sumido en el atraso y pobreza, no esperemos que ellos se sumen a nuestros propósitos electorales si antes nosotros no nos hemos sumado a sus luchas. Una buena iniciativa sería que las organizaciones políticas incluyan a los luchadores campesinos en sus listas. No a los falsos dirigentes vitalicios sino a los auténticos líderes agrarios.

Junio 2015

Otra información en https://republicaequitativa.wordpress.com/

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