El  día 21 de agosto de 2009 se llevó a cabo la Audiencia Pública en nombre de Germán Escué Zapata, indígena Nasa asesinado por el Ejército Nacional hace 21 años en la vereda Vitoyó,  resguardo de Jambaló Cauca.
Este indígena Nasa desde muy joven había participando en espacios político organizativos del Movimiento Indígena en Jambaló…

[ Autor: Actualidad Étnica/Tejido de Comunicación ACIN]   

La víctima                                                                                                              

Este indígena Nasa desde muy joven había participando en espacios político organizativos del Movimiento Indígena en Jambaló, y tan sólo a sus 21 años de edad, cuando el Ejército Nacional segó su vida, ya había ocupado cargos importantes en el Cabildo Indígena.

Había sido Alcalde Mayor Suplente, presidente de la Junta de Acción Comunal de su vereda y Cabildante. Además, se había desempeñado en otros espacios fuera de la comunidad y era reconocido por el trabajo comprometido junto a su padre. “Él se había dedicado a andar mucho con mi papá fuera de la comunidad aprendiendo, porque la idea de él era organizar, enseñar más a la comunidad, para que la comunidad algún día viera de quién era nuestra tierra y en donde habitábamos, porque como hasta ahora desde el Estado nos dicen que somos unos roba tierras”, manifestó Jairo Albeiro Escué, recordando a su hermano muerto.

El asesinato

En 1988 cuando aún estaban en furor las recuperaciones de tierra en el Cauca, donde la familia Escué Zapata y miles más, luchaban y resistían para tener donde vivir dignamente, Germán Escué y su padre también se dedicaban a salir a otros lugares, a contactarse con otras organizaciones y a conocer a otras personas para ayudar a organizar más su comunidad. Justamente en esa época asesinan a Germán Escué, igual que a cientos más para negarles el derecho legítimo a su territorio ancestral.

El ejército en ese momento llevaba 15 días acantonado en la vereda Loma Redonda, una vereda vecina. Desde allá llegaron hasta Vitoyó, asesinaron a Germán y se devolvieron.

“El 1 de febrero de 1988, a eso de las 10:00 p.m. llegó el Ejército Nacional y lo sacó de la vivienda a maltratos. A esa hora se lo llevaron como a mil metros de la casa y lo asesinaron los miembros del ejército. Ellos siempre decían que los que recuperaban la tierra eran unos ladrones de tierra. Por eso lo asesinan”, puntualiza otro de sus hermanos.

El proceso

Desde el mismo día que asesinaron a su hijo, doña Etelvina Zapata, aseguró que no iba a descansar hasta que se hiciera justicia, porque ella no iba a permitir que sucediera lo mismo que con todos demás asesinados por recuperar la tierra.

Doña Etelvina comienza a buscar justicia dirigiéndose a las autoridades propias como el CRIC donde le indican como hacer las diligencias. Viaja en varias ocasiones a Cali y a Bogotá a instaurar las demandas y denuncias, sin tener una respuesta positiva.

Ella iba a buscar la ley para hacerla aplicar más tarde que temprano y eso fue lo que sucedió, cuando muchos años después la Cidh falló a favor de la familia, condenando al Estado colombiano y obligándolo a invertir en la comunidad y a hacer un acto público de reconocimiento de este hecho.

Luego del fallo la familia logró estar más tranquila, porque desde el Estado notaron que trataban de confundirlos y hacerlos desistir. Eso de dio en las audiencias después de que detuvieron a tres militares, pues uno de esos días la Fiscalía “le dijo a mi papá y a mi mamá: bueno aquí le tenemos a los soldados, reconózcalos su ellos fueron los que llegaron ese día allí, ellos fueron los que asesinaron a Germán”, relata Jairo Albeiro.

También asegura que esa presión que ponían contra ellos, posiblemente era para confundirlos, porque no era posible reconocer a unas personas, tantos años después.

Así ha logrado que el gobierno reconozca la violación de los derechos humanos y se responsabilice de la muerte de Germán Escue, con la ayuda de algunas organizaciones y personas, en especial del Colectivo de Abogados José Álvear Restrepo.

La Audiencia Pública

21 años después, representantes del Gobierno llegaron hasta la vereda  Vitoyó a pedir perdón a la familia Escué Zapata, frente a más de 7 mil indígenas Nasa que se concentraron para presenciar este acto y con la esperanza de que no sea el último, porque son cientos los casos de impunidad que existen contra el Pueblo Nasa.

La bienvenida al evento la dio Germán Escué, que se manifestó a través de la Madre Tierra, dejando caer gotas de agua no para mojar, sino para saludar a su pueblo.

La Viceministra de Asuntos Multilaterales, Adriana Mejía,  a nombre del Estado Colombiano pidió disculpas y reconoció su responsabilidad ante los familiares y la comunidad, por la violación de los derechos, la integridad personal, las garantías judiciales y el perjuicio de sus familiares.


“Hoy nos dirigimos todos a nombre del Estado colombiano profundamente conmovidos porque nos convoca a conmemorar la vida de un indígena Páez que fue asesinado causando un gran sufrimiento a su familia y a su comunidad. Rechazamos estos actos y nos avergonzamos de que hayan ocurrido en contra de  personas inocentes. Les pedimos perdón por el sufrimiento que se les ha ocasionado. Quisiera dirigirme especialmente a Miriam, quien ha acrecido sin la compañía, sin el ejemplo de su padre y por eso ha tenido que enfrentar dificultades”, expresó la viceministra.

Durante la Audiencia Pública las autoridades indígenas exigieron al Estado respeto al territorio y rechazaron al gobierno por permitir la instalación de bases militares a Colombia. De igual forma, le exigieron a la guerrilla de las Farc respeto a sus autoridades y al territorio.

“Nos preocupa la instalación de las bases militares, por que sabemos que en  un futuro se implantarán en los territorios indígenas, por lo tanto rechazamos como CRIC la creación de bases militares  en Colombia. Porque si hoy violan los derechos humanos, ¿cómo será con el ejército norteamericano cuando se apodere de nuestro país?. ¿Será que la Seguridad Democrática no está sirviendo? ¿Será que el ejército colombiano no está sirviendo?, son las preguntas que nos hacemos”, exclamó Élides Pechené, consejero mayor del CRIC.

La audiencia realizada en Vitoyó, es un avance importante para las luchas de los pueblos indígenas, porque al fin el Estado es obligado a reconocer sus delitos y a cumplirle a las víctimas de su régimen. Aunque es un precedente importante para el Cauca, no se puede negar que son cientos los casos que siguen en la impunidad y a la espera de la verdad, la justicia y la reparación integral para el Pueblo Nasa.

“Nosotros como familia perdonamos de todo corazón porque somos amigos de la paz y no de la guerra, porque buscamos la vida para la unidad y no la muerte”, finalizó Johnson Escué, otro hermano de Germán. 

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