El periodista Luis Carlos Cervantes tenía más de 20 amenazas, algunas proferidas al parecer por bandas criminales de la zona. 

Por JAVIER ALEXANDER MACÍAS | Publicado el 13 de agosto de 2014 

Periodistas de Antioquia protestarán por asesinato de Luis Carlos Cervantes

Siempre me hablaste de la muerte, y aunque la tenías pisándote los talones, la veías lejana, Luis Carlos Cervantes. Cada vez que viajamos al Bajo Cauca desde El Colombiano, estuviste dispuesto a ayudarnos. Eras de esos periodistas que siempre quieren dar más, y lo diste por tu familia, por tu región, tan golpeada por la violencia, tan llena de sangre derramada por los que no les tiembla apretar el gatillo, pero a la vez tan llena de vida.

Siempre diste más por esta profesión, incluso en esos momentos en los que la incertidumbre asaltó tus noches, prevenido por las más de 17 amenazas que te llegaron, unas veces por el celular, y otras, cuando los improperios acechaban tu puerta en las noches calurosas de tu amada Tarazá.

Cada vez que recibiste una intimidación tras otra me llamabas y me decías con ese acento mitad paisa-mitad costeño: «Mi hermano, ahí volvieron a llamar y a decirme que me quede callado o me callan».

Pero fuiste valiente y seguiste adelante, aunque esa valentía te llevó a la muerte, y no fue por terquedad, fue porque tú, Luis Carlos Cervantes, creías en el periodismo, en la verdad dicha desde los micrófonos. Esas verdades te llevaron al sacrificio y ayer, a las 2:15 p.m., los que no aguantaron que les gritaras la verdad en la cara, decidieron acallarte con las balas.

Estabas preocupado
Al igual que tú, Omar Martínez es otro de los periodistas amenazados en tu agitada tierra. Ayer nos decía que cuenta solo con un chaleco antibalas y que desde la Unidad Nacional de Protección, UNP, no han girado los dineros para pagar el transporte y moverse en la zona un poco más seguro.

Ayer contaste que Cervantes te mostró su preocupación, y más aún cuando pensaba en su hijo de nueve años. Por eso se fue unos días de Tarazá a Montería, hasta que no soportó más la ausencia de su familia y regresó, pasara lo que pasara.

Hace dos semanas hablamos otra vez, Cervantes. Me dijiste que tu tensión aumentó —y la sentías en el cuello y la espalda—, pues te quitaron el esquema de seguridad. Quedaste a la deriva, con tus enemigos esperando el momento preciso para el zarpazo final.

Ayer, horas después de tu muerte, el comandante de la Policía de Antioquia, Gustavo Chavarro, dijo que tus asesinos fueron tres, que te propinaron tres balazos y que te movilizabas en una motocicleta. Que enviarán agentes para la investigación. Y desde la Gobernación, 20 millones de pesos fue la recompensa por los que segaron tu vida.

Te callaron Cervantes por la verdad. En esa última conversación que tuvimos me dijiste que temías más a la corrupción de tu tierra que a las bandas criminales que se pasean por los territorios sembrando el terror. Que temías por la última sentencia en la que te daban dos horas para salir de tu terruño, pero no hubo tiempo, las balas te silenciaron ayer.

http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/E/en_taraza_apagaron_la_risa_y_la_voz_de_cervantes/en_taraza_apagaron_la_risa_y_la_voz_de_cervantes.asp

 

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