Durante el segundo día de encuentro en la Junta Directiva Regional que se realiza en el Resguardo de Cohetando Zona Tierra-dentro, la actual consejería del CRIC, dio a conocer a los participantes el informe de trabajo realizado durante el periodo de mandato que les correspondió entre el año 2013 – 2015; el informe se enfocó en los espacios que cada consejero lidero y acompaño.
Teniendo en cuenta la estructura organizativa del CRIC, la cual se establece en tres proyectos organizativos que son; el proyecto Político organizativo, Social cultural y Económico Ambiental, donde se agrupan los programas de apoyo, se destacó que las propuestas planteadas desde el movimiento indígena, como la propuesta de educación propia SEIP, salud propia SISPI, los decretos autonómicos, la seguridad jurídica de los territorios ancestrales, han sido fruto de la lucha colectiva y la movilización. “Nada ha sido por voluntad del gobierno, por el contrario desde los gobiernos se han impuestos obstáculos y se ha criminalizado la exigencia de los derechos como pueblos”. Menciono Eduardo Camayo consejero mayor del CRIC.
Se destacó la articulación frente a temas de defensa territorial con otras organizaciones y sectores del Cauca entre ellos afros, campesinos, movimientos y sectores sociales; De igual manera mencionaron que se ha venido fortaleciendo mínimamente desde los territorios el ejercicio de autoridad propia y la aplicación de justicia desde la legislación indígena. En cuanto a los diálogos con el gobierno nacional, la consejería manifiesta que no ha habido cumplimiento satisfactorio de los acuerdos, el gobierno busca condicionar las exigencias, dilatan los compromisos y en general continúan desconociendo los derechos y exigencias de los pueblos, mencionaron.
Frente a las amenazas territoriales la consejería mayor y desde el programa Defensa de la vida y Derechos Humanos del CRIC, manifestaron con preocupación las problemáticas que se intensifican cada vez más en las distintas comunidades y procesos del Cauca; entre ellas la implementación acelerada de proyectos extractivos en los distintos territorios indígenas, como la construcción de represas para lo que han proyectado la desviación de varios ríos, el empoderamiento del agua especialmente por la agroindustria de la caña en la zona plana, mediante la construcción de grandes acuíferos, la explotación de hidrocarburos en significativas extensiones territoriales y la construcción de vías para el transporte de los recursos naturales extraídos de los territorios indígenas.
Otra de las grandes amenazas que se enraízan en el territorio y las organizaciones indígenas, son los planes de consolidación territorial; mediante los cuales las fuerzas militares del Estado vienen desarrollando proyectos de infraestructura en las comunidades, como la construcción de escuelas, vías, puentes y la implementación de proyectos productivos; son estrategias para legitimar la estructura militar, involucrarse en la comunidad y posesionarse definitivamente en los territorios. Finalmente como una de las amenazas más preocupantes que se ha evidenciado en los procesos organizativos, mencionan la cooptación de algunos liderazgos de las organizaciones indígenas, esta estrategia se viene implementando desde el gobierno nacional, porque ven como una gran amenaza, la unidad y la lucha indígena frente a la defensa del territorio y la reivindicación de los derechos. Ante esta amenaza se plantea los siguientes interrogantes:
Que vale más, ¿billetes en el bolsillo, que por mucho que nos den se acaban? o la lucha que por años han dado los pueblos.
¡Ni los territorios, ni las luchas y muchos menos la vida se entregan o se venden!.
¿Cuál es nuestro compromiso de lucha frente a lo que estamos viviendo?.
En contraste con las problemáticas territoriales, Héctor León Moncayo docente e integrante de la organización defensora de Derechos Humanos ILSA, invitado como ponente a la junta directiva ampliada, hablo de amenazas territoriales a todo el Abya Ayala, entre las cuales menciono la implementación de los proyectos de infraestructura regional que vienen avanzando a grandes pasos entre ellos el proyecto Puebla Panamá y el IIRSA, planteado como la integración de infraestructura, de transporte y otras tecnologías entre ellas comunicación.
Estos proyectos planteados como alternativas de desarrollo territorial, lo que en realidad son, es la consolidación de los mercados de recursos naturales, la construcción de vías e infraestructura constituyen un gran negocio para las compañías constructoras, los bancos y las corporaciones financieras. Estos proyectos se vienen desarrollando por ejes, en Colombia está clasificado en el eje Andino y el eje Amazónico, un ejemplo claro de la implementación del IIRSA en Colombia en el eje Andino es la construcción de la trasversal del libertador que ya está generando grandes afectaciones territoriales, dentro del eje Amazónico esta la construcción de la variante Pasto Mocoa, frente a la cual los pueblos Inga y Cametza vienen liderando fuertes resistencias.
Héctor Moncayo enfatiza su intervención en mencionar que los proyectos de infraestructura transforman el orden territorial, la ubicación de la población y las actividades económicas en todos los territorios; en este sentido los grandes proyectos económicos, de extracción y la infraestructura, convierten los territorio y la tierra en un elemento de mercantilización y disputa, donde necesariamente desde los gobiernos se emplea la estrategia de militarización. En Colombia a través de la violencia, se ha demarcado el territorio según las riquezas que en él mismo se encuentren, por tal razón en la actualidad, el gobierno nacional habla de un ordenamiento territorial político administrativo a través de las zonas de reserva campesina, zonas de desarrollo rural empresarial, zonas mineras estratégicas y áreas de interés social y del Estado. Concluye el ponente Moncayo.
Ante el contexto interno y el panorama externo de amenazas al territorio y teniendo en cuenta que la legislaciones del país no está pensada para favorecer la población Colombiana, si no a los inversionistas extranjeros, incluso planteando reformas a los derechos de los pueblos como la reglamentación de la consulta previa; se ratifica que el territorio es la vida de los pueblos indígenas y de igual manera es de trascendental importancia para los sectores sociales campesinos, afros y toda la población del Cauca y el país en general; en este sentido se plantea como única estrategia de resistencia y se insiste en la defensa territorial en unidad como el espacio de vida de todos los pueblos.
Por: Programa de Comunicaciones del Consejo Regional Indígena del Cauca –CRIC-
